Firepit es un fuego de exterior que, además, de permitirnos disfrutar del espectáculo de las llamas podemos usar a modo de plancha o parrilla. Por eso la elección del combustible es muy importante dependiendo del uso que le vayamos a dar.
La leña, sin lugar a dudas, es el combustible ideal para emplear en nuestra Firepit. Se trata de un combustible natural, renovable y CO2 neutral ya que, al quemar madera, la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera no es superior a la que se produciría si esa misma leña siguiera su proceso natural de descomposición en el bosque. La proporción de CO2 que se produce en esta combustión es tan reducida que los propios árboles la absorben a través de la fotosíntesis para transformar nuevamente el carbono en madera. Al contrario de lo que sucede con los combustibles fósiles, este ciclo de liberación-absorción puede repetirse indefinidamente sin producir un exceso de CO2.
En verano, por supuesto, el uso más extendido es el de barbacoa. Firepit dispone de dos tipos de superficies de cocinado: planchas y parrillas. Ambos elementos son aptos para el uso alimentario porque les damos, en nuestra propia esmaltería, un acabado protector muy duradero.
Madera seca y libre de hongos
Si quieres ser el mejor anfitrión de las barbacoas, será necesario que emplees madera muy seca, que nos permita contar con unas buenas brasas, y libre de hongos.
Las brasas ideales son las maduras, aquellas que han alcanzado el color grisáceo o, incluso, blanquecino. Éstas serán las que nos ayuden a que las superficies de cocinado mantengan la temperatura ideal para que los alimentos se cocinen lentamente y no se abrasen solo por fuera dejando el centro crudo.
Los leños gruesos y muy secos nos ayudarán a conseguir unas brasas duraderas. A éstas podremos añadirles más intensidad de ahumado con viruta de madera que incorporaremos durante el cocinado.
No obstante, algunos alimentos no precisan de un calor prolongado y su cocción debe ser rápida. Para ellos podrán emplearse ramas o sarmientos cuya combustión es rápida y con una gran potencia calorífica.
Debemos tener también muy en cuenta el tipo de madera a emplear ya que ésta, también, le aportará matices muy especiales a los elementos que cocinemos. Así, por ejemplo, el arce les confiere a los alimentos un toque ahumado suave y el cerezo un toque afrutado ligeramente dulce. Existen en el mercado bolsas especiales de virutas de diferentes maderas que se pueden incorporar en el momento que tengamos las brasas para proceder a aromatizar la comida.
Desaconsejamos el empleo de maderas resinosas como, por ejemplo, las del pino o el abeto. Sus brasas son poco duraderas y dan humo en exceso.
Otro de los recursos muy empleados por la comunidad aficionada a las barbacoas es proceder a la quema de ciertas hierbas aromáticas como, por ejemplo, el romero o el tomillo. Es importante que éstas estén secas cuando procedamos a incorporarlas a las brasas.
Verduras, hortalizas, carnes, pescados y mariscos, sin duda, tendrán otro sabor a las brasas de una Firepit de Hergóm.
Esperamos que estos consejos te conviertan en el maestro de las barbacoas este verano.