Desde sus comienzos la leña ha sido el combustible principal de los productos Hergóm. Tradicionalmente, y hasta la llegada del gas u otras fuentes de energía, ha sido el elemento fundamental para proporcionar calor y cocinar. Todos los hogares contaban con una cocina o chimenea que cumplían estas funciones, y en esa línea empezó a trabajar Hergóm.

La leña proporciona un calor agradable y confortable para las personas, y les genera sensaciones placenteras y muy satisfactorias. Quién no disfruta del relajante y acogedor ambiente que proporciona un buen fuego en un frío día de invierno…  Pero, además, cocinar con leña, a fuego lento, poco a poco, tiene como resultado guisos como los de antes, sabrosos, deliciosos.

Por otro lado, y en su parte menos conocida, la leña es una fuente de energía muy respetuosa con el medio ambiente, gracias a la capacidad de los árboles de absober el dióxido de carbono generado en su combustión y utilizarlo para producir más oxígeno. Es el combustible más económico y abundante.

En Hergóm aconsejamos emplear solo leña dura y bien seca, que mantiene buenas brasas y facilita el mantenimiento del fuego, dado que arden más lentamente. Esta leña produce un calor más duradero, lo que supone un ahorro en el gasto de este tipo de energía.